Tenía en la lista mental de pendientes, ahora que soy free agent, sacarme las fotos infantiles-a-color-papel-mate-con-retoque-revelado-químico (WTF) que necesito entregar para empezar el rally que comprende el trámite del Título. Recordar que en el primer intento fui bateada como chico nerd en película gringa de high school.
Hoy, 5 dias despúes de mi libertad no había ni hecho el intento por sentarme frente a una cámara de acordeón y un par de lámparas cegadoras así que, despúes de ir por tortillas al mercado que mi señor padre solicitó amablemente vía un mensaje de texto, decidí que hoy sería el día de la foto. Paréntesis: hacía años enteros que no iba por las tortillas al mercado, nótese que vivo a 1 cuadra de famoso y tradicional Mercado (de los llamados Mi Mercado por no sé cuál gob de la ciudá). Años enteros si pararme ahí en la tortillería, años enteros en que he degustado sus fabulosos productos recién hechos. Era tal mi falta de barrialidad que dudé en dónde estaba la tortillería, tuve que recrear mentalmente los trayectos que hacía con mi madre o padre años atrás, dándo la vuelta de la carne, frente a Chucho el de las carnitas, creo que está cerca de las hierbas... Y cuando llegué al pasillo del sastre, dudé en girar hacia la izquierda o derecha, inconcientemente fui a la derecha y sí, ahí estaba, la tortillería que me ha regalado 3 bolsitas-de-mercado 3 vía mi papá y a la que no visitaba desde hacía años. Eran around 5pm así que ya estaban lavando la máquina y ni una tortilla fresca. Plan B, ir con La Güera, la torillería cercana a la entrada y con menor calidad pero ps ya qué... fin del paréntesis.
De regreso a mi casa, prendí la plancha alaciadora, es que el no-fleco estaba en el sleepy mood y pues ni cómo salir así en la foto, que no será trascendental, pero foto al fin. Apliqué el pony taile pa' disimular que no me bañé y le eché ganas al delineado con sombra carbon black y mascara carbon gloss. Como que algo me faltaba sin la greña suelta... unos aretes!!, tengo años enteros sin usar mis legendarios aretes largos, enormes y pesados que en otra etapa de mi vida eran requisito para salir de la casa. Cola de caballo, ojo pintado (porque no me gusta decir maquillar, maquillado), arete, suéter, bolsa: fotógrafo allá voy... Ajá si todo fuera tan sencillo como que el fotógrafo local (de atrás de mi casa) supiera revelar, pero no, oh señores, no. Resultó que el fotógrafo legendario del barrio, y que me tomó las primers fotos fallidas -además de muchas otras en mi vida-, no me podía garantizar que las fotos con revelado de laboratorio salieran con el fondo blanco y "ay como es un rollo pues hasta que se llene y, yo puedo tratar con más luz pero allá en el laboratorio con sus filtros pues no sé..."... No pues así mejor no, "bueno, gracias, mejor pregunto y luego regreso". Y entonces recordé que a media cuadra en la acera de enfrente estaba el otro fotógrafo del barrio, el más legendario aún, según recuerdo era viejito y su estudio era muy obscuro. Entré al viejo edificio con anuncios de Academia de Belleza 'nombre-de-alguien' y Mecánica Dental cursos, entre el Café de Chinos y la peliquería Paris, al que tenía aún más años enteros sin entrar. Subí los 3 pisos para encontrarme con el pasillo pintado de blanco-hospital, una puerta cerrada, y otra abierta con una cadena que impedía el paso a la Academia de Belleza. La puerta de junto, ahora blanca y cerrada era la del fotógrafo, pregunté por él a los de la Academia y un hombre me dijo: "uy no, ya no existe, mira aquí adelantito hay una placita, ahí hay uno"... sí, gracias, vivo atrás de ahí... y en lo que bajaba las escaleras vi por la ventana a mi papá caminando por la acera de enfrente. Bajé rápido y lo alcancé en la esquina, entramos a la casa y le conté mi situación fotográfica (y le dije que ahí estaban las tortillas, que eran de La Güera porque ya no había de las otras) y me recomendó ir a ITAMI, en San Ángel (ironías de la vida). Quería acompañarlo a comer pero si no me sacaba las fotos hoy, seguro se me iba el trimestre entero e iba a ser 2010 y yo sin nada de Título. Me fui en el pesero que tomé diariamente por un año para ir a trabajar, pero ahora seguí mi camino hasta Foto ITAMI, o sea como 4 cuadras adelate.
En Foto ITAMI, hace 5 años me tomé de urgencia las fotos que tenía que entregar en el Colmex para la solicitud de exámen (en aquellos tiempos quería estudiar ahí, unirme al servicio diplomático nacional y demás cosas politico-glamourosas) a la licenciatura, era jóven y la antropología no me había encontrado aún. Una de esas mismas fotos sería meses despúes la que entregara en la UAM para mi credencial de estudiante de antropología social. Mi primera credencial de universitaria y que no tengo porque me la quitaron cuando me dieron la nueva y modernizada credencial, muy bonita, verde y con cara de credencial universitaria. Luego me dan espasmos fetichistas y la quisiera tener, pero la mayor parte del tiempo ya no soy así y me gusta más la idea de dejar fluír los objetos para que las emociones fluyan (shut up you Feng shui freak).
Así que en Foto ITAMI me iba a tomar las últimas fotos (infantiles) de universitaria, ahí en San Ángel, rodeada de fotos tamaño postal de celebridades-Televisa en los 90's, la foto de Eduardo Palomo (gran Juan del Diablo) junto a la de Carina Ricco, WTF, Ernesto Laguardia sin arrugas ni cachetes de ñor, and so on... Claro que las fotos infantiles-a-color-papel-mate-con-retoque-revelado-químico en Foto ITAMI ya no existen, ellos están a la vanguardia y manejan lo digital, como el señor me dijo que esas se las llevan para el pasaporte y visa americana, pues dije va!! y me hizo la nota y pagué y me dijo "en esa puerta por favor", esperé... एन menos de un minuto ya estaba afuera esperando 10 min por mis fotos... mientras seguía viendo las fotos de novias noventeras con cejas pobladas, los bebés con fondos temáticos, las luminarias en sus años mozos...
Con mis fotos digitales en la cartera me dispuse a ir en búsqueda de algunos implementos de belleza urgentes: tinte negro-azulado, repuestos de rastrillo-de-nena, desmaquillante estrella y exfoliante. En La Comer me encontré con stants vacíos de las deliciosas tostadas sinaloenses y tuve que llevar la versión clásica-mini en su lugar, el desmaquillante estúpidamente caro y que no venden la marca de mi rastrillo-de-nena. El tinte zafiro-negro-azulado espera en sus cajas a que haga menos frío y me pueda bañar sin daños colaterales.
Durante la madrugada quité de mi lista mental de pendientes uno de ellos, ahora sólo me queda no caer rendida a los brazos de mi cama (ella es la mejor) y abrir esas cajas de zafiro-negro-azulado 2.1, teñir mi larga cabellera (jojo), tomar el pesero al metro y luego a Iztapalapa y entregar las fotos, que diosquieray me las acepten.
En otros temas, vi la Serie Mundial completa, hecho histórico porque yo ni sé de baseball, ni me gusta ni me molesta, pero estuvo bonito ver los partidos con los hombres de la casa que me explicaban lo que pasaba y más. Al fin de cuentas, Derek Jeter tiene ese charmin' sparkle que una siempre agradece, go Yankees!!. Lo que me lleva al most charmin' guy ever in live: George Clooney. Tenía pensado un post a partir de la siguiente foto acerca de los charmin' guys y su poca presencia en la vida cotidiana, pero ese vendrá después cuando vuelva a ver sólo sotacos-cabezones-amargados en las calles, ahora... les dejo a Clooney young:
