Si fuera caricatura, me saldría humo de las orejas, mi cara sería roja y eventualmente explotaría. Pero no, soy persona y nomás estoy muy, MUY enojada, encabronadísima dos veces.
Este sentimiento sólo se puede conseguir cuando uno ha sido doblemente, decepcionado y traicionado, de una manera rapaz, alevosa y sobre todo, hipócrita.
Y cuando esto pasa, ya nada puede ser igual, una tiene que medir los movimientos y planear para no ser tomado por sorpresa.
Por cuestiones de seguridad nacional y por petición de mi fuente, no puedo revelar la historia completa, pero búsquela aqui mismo en un mes.
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mi taza se rompió!!!!
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