Una de las pocas cosas buenas del desempleo es todo el tiempo libre que deja. Me sobra de ese y entonces decidí terminar de colgar cositas en mi pared y en eso, me (re)encontré con los objetos más chairos que poseo, o de lo más, al menos. Datan de mi temprana época pre-universitaria, los amo, vean:
El sahumerio que compré estando en la prepa, para completar legítimamente la ofrenda de Día de Muertos del salón.
Un huacal fresita (muy lijado y pintado) en el que le regalaron algo a alguno de mis padres y que en haras de la reutilización chaira, conservé.
Un no-sé-cómo-se-llama que es un tipo de tambor ritual y que varios grupos humanos usan en diferentes variantes (pie de foto patrocinado por la corrección política antropológica)
Copal en su estado más apropiado para usar. Comprado en el mercado de Sonora. Está intacto porque mi familia se molesta cuando hago uso de estos bonitos objetos saca humo :(
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